Al finalizar la película, que le da el título a este escrito, pensé en tremendo despliegue de recursos para una secuela tan decepcionante. Pero como el otro día da nuevas perspectivas no me pareció tan malo el resultado, de hecho me puse a pensar , sin poner por delante mis deseos o mis expectativas ( un Guasón incendiario, anti sistémico, contra los estándares y arquetipos, casi rozando la anarquía); incluso imagino que a más de algún nostálgico del estallido social le habrá parecido irresistible la idea de ver un Líder capaz de subir la apuesta en un desmadre mayúsculo.
Despreocupadamente fui testigo de otro tipo de Guasón, uno ni mejor ni peor que el caricaturizado en la primera entrega de Joaquín Phoenix, sino que más bien muy distinto, con un desarrollo del personaje totalmente distinto a lo que el mercado, o la gente esperaba; lo esperaba, me incluyo, no por mis deseos ocultos, sino mas bien por el gusto de Hollywood a repetir los buenos resultados con recetas ya probadas.
Este Guasón nos mostró un monstruo fruto de sus circunstancias y de su crianza, no un monstruo fruto de una mente patológicamente insana, alguien sin arreglos , ni filtros, ni ningún interés en ser políticamente correcto. Nos mostró un Guasón sensible, con capacidad de meterse en la piel del otro; además de mostrar un ser capaz de reproducirse, capaz de sentir ese fuego que da el amor logrado y esa sensación que da la cercanía de una futura paternidad.
En cambio su pareja , quién luego será la madre de su hijo/hija, si parece padecer ese impulso criminal patológico, que se le atribuía al Guasón; al igual que pareciera padecerlo quién trata de eliminar al Guasón.
El Guasón nos ofrece desde su comienzo una imagen del personaje dentro de lo que mostró la primera parte, pero en la medida que avanza la segunda parte se va diluyendo y se va haciendo vulnerable, se muestra sensible a la opinión de su entorno, se hace humano en su ego, lo que lo hace vulnerable; porque estas personas se le hacen necesarias y entrañables, incluso se preocupa de lo que el futuro les depara a sus aduladores. Pero es sobre todo la aparición del amor en su vida, lo que lo sitúa al lado de los débiles y/o vulnerables; pienso en lo «kamikaze» y peligroso de quienes no tienen más arraigo que sus propios pellejos, como peligrosos son los delincuentes que vienen de países como Venezuela o Colombia. Una vez que elimina a su mamá, soltó todos los » lastres» o filtros que gobiernan a los buenos hijos, tanto en su relación con su familia , como con la sociedad; por eso es una delincuencia dura, una delincuencia arrojada o » kamikaze», sin un futuro porque su vida no tiene ningún valor, ni proyección, y es fuerte porque no tiene las vulnerabilidades que implica pensar en tu familia ( padres , hijos y nietos). Además pueden ser un delincuente displicente, porque si un atraco no le reporta un beneficio eso lo tiene sin cuidado, no hay hogar que sustentar, por lo mismo , pueden causar un tremendo daño al atracado aunque este le entregue pertenencias o no, da igual.
Esta misma ventaja comparativa la tienen dentro de las cárceles, pueden ser todo lo cruentos o salvajes que quieran, esa impunidad también la disfruta el Guasón , por eso este retrato de su evolución dentro de la cárcel y durante el juicio está maestramente logrado.
En conclusión una tremenda peliculaza, distinta a mis expectativas, pero no por eso como una mala película.
