La última vez que te vi, quedé sorprendido de tu capacidad de retener guiones e improvisar, admiré tu desplante y «cancha» para pararte en el escenario durante un poco más de dos horas mantener al público cautivo y expectante de tu show, de llevarlos de la sonrisa a la carcajada sin más escenografía que un micrófono. Ahora, después de ver un corto con tu comentario respecto a la coincidencia entre tu «funa» y la muerte de los mineros, pienso que es solo un «lapsus» de mal gusto (al que le rindo homenaje con este sitio web), a veces el personaje toma posesión «satánica» de tu vida como comediante, y el personaje se devora a la persona.
Un aviso es que Kaiser, representante de un personaje «malgusto» venido del mundo del buen gusto te defienda, es un síntoma que no es recomendable ignorar.