El Buen Gusto

Mirko Macari, ha reproducido con mucha gracia el termino de » El Partido del Orden», para identificar un suprapartido que recorre de izquierda a derecha, el cual creo que no es acuñado por él mismo, mucho antes de que sus podcast adquirieran la relevancia que tienen hoy, pensé que ese suprapartido debería llamarse el Partido del Buen Gusto, de hecho siempre pensé que la verdadera constitución de Chile era el Manual de Carreño, el que nunca he leido, pero por la descripción que recibí desde niño parecía ser el libro según el que tenías que elaborar una respuesta a cada vicisitud de la vida.
Personalmente me he asombrado de algunas soluciones o respuestas a situaciones de mi vida que he resuelto con éxito, incluso me ha permitido colarme en grupos sociales que no me correspondían.
Toda esta introducción para dejar escrito que todo lo que me ilusiona del nuevo Chile, es una manifestación palpable de como el «Mal Gusto» ha avanzado en las opiniones diarias, en los actos diarios, como una rabia que viene visceralmente a rebelarse contra esas reglas no escritas que han regido nuestras vidas de manera subliminal, que han mantenido en el poder a quienes son los paladines de lo correcto, lo políticamente correcto. El último ejemplo mas potente del fuerte arraigo de esta forma de ver, interpretar y llevar a cabo la vida lo refleja en la votación por el cuarto retiro de las platas de la AFP, la actuación y posterior justificación de el voto que emitió la senadora Goic, no podría tener un mejor ejemplo de como esa dictadura del Buen Gusto recorre transversalmente todo el espectro político.
Dejando de lado esa anécdota, que revelador ver otra postura del Chile real frente a esta forma de vivir y dirigir al país, es una entrada de viento fresco, y frío, que causa escalofríos en los fácticos, porque te da unas alas gigantes para volar incluso directo al sol, y ahí radica su riesgo, como atajar esa oleada gigante es una tarea a la que deberán abocarse los pensadores y filósofos.