La emoción de ser papá primerizo, ese tablazo mental, que te »adrenaliniza» y te transporta al otro lado de ti mismo y te da una perspectiva de papá, actúa como un balón de oxígeno con conexión directa al cerebro y empiezas a entender a tus padres. Tan grande es la apertura mental, que te dan el valor suficiente para mirarlos a los ojos y pedirles perdón por tu incomprensión, por tu arrogancia juvenil irresponsable, por tu egoísmo de creer que todo lo que te ocurriera en tu vida cotidiana sería solo tú problema y de nadie más, que tu daño solo te causaría dolor a ti. Al mismo tiempo te da la sabiduría para saber que no necesitas pedir ese perdón ni verbal ni físicamente, porque un papá ya lo sabe, con una sola mirada, que se lo vas a pedir y él te lo otorga con su gesto cariñoso de la sabiduría de quién ya estuvo parado a ambos lados del espejo y de quién ya recibió esa misma absolución de sus padres.
Por otro lado, te da la misión de educar y llevar a cabo una crianza de un ser viviente tan vulnerable, como tú mismo, y llevarlo con éxito a la adultez; lograr que sea una buena persona y un buen ciudadano. Forjar una persona preparada, también, para resolver los conflictos que aparezcan al relacionarse con personas que no tengan empatía ni respeto hacia el resto, incluso esos en que la violencia sea la solución final al conflicto que le plantearan a tu hijo o hija. Incluso enseñarle a que decir NO es una buena manera de escapar de problemas, sin necesidad de justificar ese »no», simplemente usarlo con el mismo criterio o filosofía con que podrías argumentar un »si», por respuesta.
Lo de tu vulnerabilidad deviene del hecho de que quién te quiera herir o quiera infringirte un gran dolor verá en tus hijos tú ¨Talón de Aquiles»; con el grado y sofisticación de la maldad, hay que dar por sentado que quienes nos quieran atacar lo harán hiriéndolos a ellos.
Felicito que seas parte del mundo de los padres (y esposos o parejas presentes también), porque tendrás otra sensibilidad al buscar mejorar la calidad de vida de las mujeres, en un país gobernado y regido por políticos tan egoístas y dueños de la verdad. con respecto a lo que pueden o no pueden hacer, pensar o decir nuestras mamás, de la patria actual y futura. Políticos que no confían en la madurez de nuestras madres y parejas, políticos que se creen tutores de la verdad y el buen gusto. Así que tu paternidad abre esperanza de un compromiso y sensibilidad mayor al legislar e idear nuevas formas de ayudar a quienes más lo necesitan para educar a las futuras Violetas.
